Me gustaba escucharte, leerte, abrazarte.
Venías por la noche
Te ibas por el día.
Verte dormir se convirtió en mi alegría.
Me dejabas soñar con tenerte
Pero todas tus teorías echaron abajo este sueño.
Decidiste que ya no serías mariposa.
Volviste a ser un capullo.
Desapareciste cual fantasma que deja su rastro de miedo.
Te desvaneciste dejando un frío misterio.
Arrastrando tu pasado cual cadenas de condenado.
Te falta tanto por aprender.
No puedes imponer tu pensamiento.
Sin rimas ni orden alguno tus letras se confundieron con mis palabras y pusiste en mis labios tu cruel veneno.
Te abri la puerta de mi casa, de mi vida, de mi alma
Pero con tus exigencias creaste una gran muralla.
Te falta tanto por aprender.
A otra cosa mariposa que la vida es azarosa.
Niño fantasma
Niño mariposa
Niño capullo
Abrazate con tu orgullo.
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